“¡Bellvitge, Bellvitge!”, un pecado original
Julián Álvarez. Barcelona, 2009

Texto de introducción a la vídeo-filmografía del catálogo entreCRUCES, de Julián Alvarez, publicado por el Instituto Leonés de Arte (ILA). León, junio 2009.

Ver vídeo "Bellvitge..." en: http://vimeo.com/12972293

Me inicié en la práctica del vídeo en 1976, con el primer equipo [cinta abierta, • pulgada, blanco y negro] que apareció en la entonces Escola d´Estudis Artístics de Hospitalet de Llobregat [Barcelona, 1975-78/9], dirigida por el dramaturdo y director teatral Ricard Salvat. L´Escola, la primera de su género en Catalunya que agrupaba las disciplinas de teatro, cine y artes plásticas, nació con voluntad de vanguardia, mucho entusiasmo, y más bien escasos recursos técnicos y económicos. Yo me incorporé como alumno de cine recién llegado de una estancia en Londres [1973-75]. A pesar de las carencias y precariedades, l´Escola fue una interesante oportunidad [perdida], sobre todo de encuentro de personas e inquietudes. Como alumno de cine fue mucho lo que allí NO aprendí, pero lo valoro positivamente.

L´Escola, en un alarde de modernidad, adquirió entonces con fines pedagógicos para los alumnos de teatro un equipo estacionario de grabación vídeo [cámara y magnetoscopio de sobremesa] al que tuve acceso como alumno de cine. Mi primer contacto operativo con el vídeo se produjo con ese equipo y en el contexto de unas novedosas “lecciones prácticas de cine” para todos los alumnos de 8º de EGB organizadas por la Ponencia de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Hospitalet de LL. Lecciones diseñadas e impartidas por Josep María Català y yo mismo. No obstante, mi primera producción audiovisual propiamente dicha [lo anterior fueron experiencias pedagógicas] se concreta un par de años más tarde con el mediometraje documental “¡Bellvitge, Bellvitge!” [Barcelona, 1978/9].

“¡Bellvitge, Bellvitge!”, una experiencia pionera y singular en aquel contexto. Aunque el colectivo “Vídeo-Nou”, y artistas como Muntadas ya habían realizado experiencias videográficas pioneras [alternativas, contra la TV], sin embargo no se había materializado, que yo sepa, ninguna producción “de vídeo” [documental] con estructura narrativa “cinematográfica”. Quizás porque entonces los artistas de vanguardia, militantes del activismo político-cultural, y teóricos de la “especificidad videográfica”, veían en el novísimo vídeo “el Media” por excelencia del arte del futuro [vídeo-arte]. Quizás porque cualquier aproximación al cine y la tv de una tecnología nacida para redimir al mundo de la dependencia cinematográfica, o de la dictadura televisiva, se consideraba una aberración, y motivo de ex-comunión artística. Pues bien, “¡Bellvitge, Bellvitge!”, que 32 años después [24/3/2009] fue presentado en el Centro Cultural Bellvitge en una versión reducida [el tiempo y la precariedad del soporte han hecho estragos], es el único documento audiovisual que el archivo municipal de Hospitalet de LL. conserva de aquellos primeros tiempos de la ciudad-dormitorio más emblemática de España. Gracias a una aberrante utilización del vídeo. Así pues, mi primera experiencia videográfica, que mereció una “mención especial” en el Festival de Cine de Barcelona [1980] nació bajo el estigma de lo no-artístico, al margen del vanguardista y alternativo vídeo-arte. Y en cierto modo mi trabajo posterior se ha resentido, y asimismo beneficiado, de ese estigms, o pecado original.

No me corresponde a mi hacer valoraciones sobre el conjunto de esta vídeofilmografía que he podido realizar y producir de forma totalmente independiente [“con recursos propios y al margen de modas y tendencias”] compartiendo a partes iguales responsabilidad profesional como director de la Escuela de Vídeo-Cine-Tv del IDEP [1981-2008], y vocación experimental y creativa materializada en las obras que se reseñan en este catálogo("entreCRUCES/itinerarios"). Obra, por lo demás, ecléctica en la diversidad de contenidos, técnicas, y soluciones formales ofrecidas a un público sin target definido a priori. Pero esa divergencia creadora, motivada por la curiosidad, el deseo de conocimiento, y la voluntad de no perder el tren de la tecnología, termina convergiendo, con sus idas y venidas, rodeos y circunlóquios, en ese “individuoautor” que se particulariza muy especialmente en la caligrafía “cámara-a-mano”. La necesidad de caligrafiar las imágenes implicando al propio cuerpo remite en cierta medida al “arte-sano” [alimenta el espíritu y fortalece el cuerpo], en definitiva y de nuevo, al autor. Precisamente, W.S.N.S.[1984] ya anticipa la voluntad de intervenir físicamente con la cámara-a-mano en la obtención de imágenes caligráficamente personales.

Desde aquel históricamente primer equipo portátil de video [portapack] con el que se realizó “¡Bellvitge, Bellvitge!” [1978], las producciones que le han sucedido hasta el muy reciente “Gallo” [2009], son también un documento, por activa y pasiva, de todos y cada uno de los principales desarrollos tecnológicos [y por extensión formales] que desde entonces se han sucedido en la evolución del vídeo, analógico primero y digital después. Este permanente diálogo con la técnica me ha permitido evolucionar formalmente en sintonía con los nuevos tiempos, opciones expresivas, y estrategias de comunicación. No se trata pues de la tecnología-por-la-tecnología, sino de profundizar en sus particularidades y aprovecharse de ellas para ir articulando progresivamente la propia singularidad como individuo y autor.

Fotos:
1. Julian (realizador) y Miriam (cámara) Bellvitge
2 y 4. Ginesa Ortega y Pedrito Sierra (Alma Flamenca)
3. J. Luís Dominguez (poeta) y Pedrito Sierra
4. Julián Alvarez impartiendo un curso en Video Nou (1978/9)


Ver vídeo "Bellvitge..." en: http://vimeo.com/12972293

Julián Álvarez García. Barcelona enero 2009